viernes, 1 de mayo de 2009

1 de mayo
No he madrugado.
Desperté y me quedé en la cama, pensando.
Me encanta esa sensación de despertar y que comiencen a llegar cosas a la cabeza, reflexiones de la noche anterior, o disfrutar el duerme vela que relaja los sentidos y abre la mente a un mundo de símbolos, sin palabras, pero con profundos significados.
Un fin de semana largo por delante. Muchos deseos de hacer cosas, algo nuevo, algo que me aleje de la rutina del diario.
Tal vez cine, tomar un café con un amig@, y sobre todo leer un rato.
Leer un rato largo. No me gustan las lecturas de a poquitos, leer es algo más, es nadar entre la tinta, pasar hojas es como subir al árbol; cada rama un brote de poemas, de ilusiones, fantasías que te alejan el letargo.
Leer y también escribir, para sentir, para compartir ideas, sueños, dudas, para vivir del único modo que sé, transitando un ritmo lento, caminando hacia adelante, y sobre todo pensando. Atendiendo a lo que veo, a lo que siento, a lo que importa, atender para entender, entender para atender y caminar a diario.

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