martes, 30 de junio de 2009

Soñar en un café

Saboreo un café juntos.
Removiendo lentamente, se diluye el corazón. ¿Encontraré el sentido del amor? Diluirse hasta extinguirse y volver a resurgir. ¿Volver a hacerse denso, es el principio? ¿Acabar por diluirse como fin?
Me dices: - Pon el corazón en lo que haces.
- No es fácil te contesto. Será que me puede la razón.
- Déjate llevar por los sentidos. Escucha bien. Pon atención.
Sonriendo levemente, se abrazan nuestras manos. Una inmensa ola ahora nos mueve. ¡Ya te siento y ya soy yo!
- ¿Quién dices que eres?
- Una voz que te llama en la distancia.
- ¿Qué quieres?
- Ayudar a que brille tu mirada.
- ¿Adonde vas?
- Me dirijo hacia mí misma, transformada en ninfa, amiga de las hadas.
- ¿Qué sabes?
- Sé que me enseñaste que amar es atender, ayudar a otros a ser y estar mejor.
Soy aquella que se funde en los silencios y te ama.
La que no puede evitar pensar en el ayer y en el mañana. Tal vez porque miré adentro y sentí que desde siempre ahí estabas. Y sentí la dicha de brillar al contemplarte y el placer de imaginar que mis palabras, te apartan para siempre de la nada.
Soy mujer, al desear sentir tus manos en mis sienes, resbalando lentamente por mi cara y por mi cuello deslizarse; derramar se por mis hombros, por el pecho y por mi espalda.
Sé que es un error pensar en el futuro, solo tengo hoy, esta noche, sin mañanas.
Pero cierro los ojos, y me asaltan mil preguntas aplazadas. ¿Deseas sentir el encuentro de dos almas? ¿Sabes que fue destino y no azar, aquél que nos unió?
¡Ojalá que mi mirada y mis versos te acompañen y te alejen el dolor!
¡Ojalá te encuentre y me encuentres, e inventemos un rincón, donde ser quietud y sentir la levedad del corazón¡ ¡Ser luz, sentir paz y vida renovada!

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