viernes, 9 de enero de 2009

Hoy y siempre

A pesar de no tener incorporada del todo, tu pérdida, empiezo a sentir que tengo camino por recorrer, comienzo a ser capaz de evaluar cuánto he sido capaz de soportar y me hago el propósito de ser feliz.
En estos días, de descanso, de disfrutar y ESTAR con los niños y en familia, he vuelto a sentir esa sensación de incredulidad, miro tu foto y te siento, ¡tan vivo!
Te veo llegando a casa, apresurado, subiendo las escaleras de dos en dos, para ver a los niños despiertos, para contarles el cuento de "Pepito y Manolito" una vez más.
Vuelvo a sentir tus abrazos, tus abrazos amorosos y protectores, como quién abraza a un peluche, así me siento, peluche achuchado entre tus brazos.
Casi un instante después, vuelve a recrear mi mente los últimos momentos juntos. ¡Cuántas cosas pasaron por mi cabeza en aquel tiempo, (imposible de medir), no sé si fueron muchos o pocos minutos. Sé que nuestra vida juntos pasó por mi mente, toda ella. Quizá también pasara por la tuya.
Recuerdo cuántas veces contaste el accidente con el coche, cuando lo tuviste sobre tu pecho casi dos horas, decías que no podías pensar en otra cosa que no fuera que no volverías a verme. ¡Cuánta tristeza Quino! ¡Pero cuánta ternura en tu semblante!
Quino, ¡mi amor, el hombre de mi vida, el amor de mi vida, descansa, mi amor, descansa.!
Te echo de menos, pero lo que más nostalgia me hace sentir es cuánto has perdido de disfrutar con nuestros hijos, ¡tenías tanto que enseñarles! ¡tanto que transmitirles! ¡tanto amor para darles!
Podemos sentirnos muy orgullosos, son estupendos; alegres, con una vitalidad y energía como la tuya, son cariñosos y sensibles.
Estoy segura que serán siempre buenas personas y alcanzarán cuántas metas se propongan. Pienso que tu lo sabías también, tú dijiste: "tienen una buena base".
Te quiero Quino, siempre estarás en mi. 05/01/09

No hay comentarios: