martes, 31 de marzo de 2009

La vida renovada

Llegué a la plaza, bastante concurrida a esa hora de la tarde.
Los arcos, las farolas barrocas, aún apagadas.
La tibia música de un violín sonando...
Un elegante mimo, gesticulaba versos a un anciano.
Y, muy cerca, al otro lado..... Tú. Sentado en el muro, dibujabas: ¿Un retrato?
Mil preguntas me asaltaron, mil deseos ocultados.
¿Serías tu?
Levantaste la cabeza, “ya me viste”, mis pupilas y las tuyas se besaron.
Apenas un momento, un solo instante.....
Tus ojos, como faros, derramaron su luz en mis caderas
Y el tronco del árbol que cuidé con tanto esmero,
Sacudido entero, incluso las raíces se agitaron.
Y, sentí la vida renovarse, brotarme esquejes
Crecer mis ramas, y alargarse hasta tocarnos.
Sonriendo levemente regresaste la mirada hacia el dibujo,
Luego al mimo, y al anciano.
A mis anchas te creaba, vi tus manos...
Tus manos, tantas noches deseadas
Prometiendo dibujos en mi piel
Volvían a recorrer sobre mi espalda, un paisaje ya trazado.
Tus ojos... entornados. ¿Cómo serían en el momento del máximo ascender?
¿Adquieren azul celeste, al elevarse alto?
¿Y en el descenso? ¿Reflejan tus pupilas el verde de los valles?
¿La cristalina calma de los lagos?
Podría acercarme, hablar un rato.
¿Desaparecerá si dejo de soñarlo?
Quizá la magia no llegue a nuestros actos.
Me pierdo en los poemas, que improvisas
Vuelo alto, surco rumbos esbozados.
Desde las nubes puedo sentirte atento.
Sobre la arena, risas, juegos, remos.
Adentrándome en la gruta del placer,
Te pienso.
Saboreo la vida entre mis labios.

1 comentario:

Unknown dijo...

Enhorabuena es precioso lo que escribes, me ha gustado muchisimo, consigues trasmitir mucho sentimiento, la verda me ha encantado. Sigue haciéndolo, no pares porque es precioso lo que haces...