jueves, 4 de diciembre de 2008

Y volvimos a mirarnos

Imaginé una vida entera, sólo tuve media vida.
Me vi envejeciendo a tu lado, hube de desandar lo andado.
Soñé alcanzar junto a ti, el saber de los ancianos,
La quietud en la mirada, de eternos enamorados.

Y, de pronto llegó ella, apenas comenzó el verano.
Cuál cebolla de amargo sabor, llegó para destrozarnos.
Vestida con gruesas sayas, pero no para arroparnos,
Si no para ir despojándose y desgarrarnos.

Juntamos nuestras fuerzas para unidos intentarlo
Sobre todo con abrazos,
E intentamos disfrazarla, sin saborear lo amargo.
Amándonos más si cabe, queriendo siempre adorarnos.

E intentamos vencerla, fundiéndonos en lo sano,
Pensando siempre en curarnos,
Retomamos la amistad, las largas charlas de antaño.
Y, volvimos a mirarnos, como amigos, con amor, siempre andando.

Más venció ella, al acabar el verano.
La llegada del otoño, me mostró su lado amargo,
Oscuro, anhelante, triste, inerte, pero humano.
Cuando supe que llegaba deposité un beso en tus labios.


Y, para siempre te fuiste, dejando un Te quiero inacabado
Un adiós sereno, dulce, inmaculado.
Venció ella y aún no pude aceptarlo
Pues sé que está por venir, lo peor de haber quedado.


Pili G. Octubre 2008

1 comentario:

andres dijo...

menos mal que vas dejando tu triste melancolía y empiezas a vivir de nuevo , vive y agradece lo que tuviste, la dicha de compartir; y da tú tambien las gracias por haberlo conocido. Es una pena que no sigas con el blog , es el mejor siio donde se puede vaciar el alma y encontrarse a uno mismo. artabro