Aquietada, doblegada, de rodillas,
depuestas las armas de las dudas
y el escudo de la desolación,
desmenuzadas, pacientemente digeridas
una a una, las uvas de la ira,
derribados los muros de la autocompasión,
Me acojo al sol de la aceptación
Me rindo ante mí misma.
1 comentario:
Duele, aunque es lo correcto.
Un abrazo grande, grande.
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