mi cama se hace ancha en la espera
el tiempo no corre y mi garganta
ahoga un grito que desgarra el alma.
Hoy... la luz de tu mirar
no me acompaña, y aunque tu aroma
permanece aún en mi cama,
soy presa fácil de la desesperanza.
Podría... llamarte amor, decirte que mi cuerpo
te reclama, ir a buscarte y aferrarme
a tus entrañas; no permitir a la ninfa
de la noche, que vuelva a robarme tu mirada.
Podría... correr hasta ti, abrazarte y recobrar
así, ese aliento sublime que me falta,
cuando no estás aquí, y mis manos vacías
se atenazan en la sin razón de madrugada.
Pili G. 14.3.12
1 comentario:
N0stálgico, lleno de pasión,
¡Realmente un poema hermoso.
¡C'est magnifique!
Besos.
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